Hola, Pandas:
Ya os podéis quedar tranquilos. Ella ya ha aparecido.
¡Oye! ¡En realidad nunca me marché!
Ya, ahora sé que solo fue una falsa alarma. Pero me diste un buen susto. Primero, te fuiste tú sola con el helicóptero a volar por el bosque, ¡y luego no volvías!
¡Ayer estuve dos horas esperándote en el Volcán! Bueno, puede que me durmiese un ratito, pero aun así, ¡mis patitas casi echan raíces allí!
No paraban de venir Pandas al Volcán y subirse al helicóptero para ir a recolectar fruta. Todos volvían tan contentos, con un montón de frutas para llevárselas a Bruno a su restaurante. Solo faltaba Ella. Yo les preguntaba a todos los Pandas: “Habéis visto a una Pandita rubia muy guapa?”, pero nadie sabía dónde estabas.
¿Les decías que yo soy una “Pandita rubia muy guapa”? ¡Qué majo! ¡Me vas a sacar los colores!
Pero es que tú eres así, ¿no? Bueno, ejem… Pues eso, que yo estaba muy preocupado, creí que habrías tenido algún accidente con el helicóptero, o que te habrías quedado sin gasolina, o que… no quería ni pensarlo. Al final, me subí al helicóptero y me puse a buscarte entre los árboles. ¡Pero ni rastro! Estaba tan desesperado que lancé una llamada en el blog para buscarte. Para entonces me rugían las tripas, como si tuviese un monstruo ahí adentro que me estuviese pidiendo comida. :¿?¿?¿?:
Menos mal que me encontraste justo a tiempo.
¡Pues sí! Ya sabéis que estuve buscando a Ella por todos los rincones de Panfu. Solo se me olvidó un lugar. Pero bueno, mañana os cuento más. Estaba tan preocupado que me olvidé de recolectar frutas voladoras con el helicóptero. Ahora mismo me voy a poner el gorro marrón de piloto, y a poner en encender el motor.
¡Marchando!
Que os vaya de fábula,
Max y Ella
Ya os podéis quedar tranquilos. Ella ya ha aparecido.
¡Oye! ¡En realidad nunca me marché!
Ya, ahora sé que solo fue una falsa alarma. Pero me diste un buen susto. Primero, te fuiste tú sola con el helicóptero a volar por el bosque, ¡y luego no volvías!
¡Ayer estuve dos horas esperándote en el Volcán! Bueno, puede que me durmiese un ratito, pero aun así, ¡mis patitas casi echan raíces allí!No paraban de venir Pandas al Volcán y subirse al helicóptero para ir a recolectar fruta. Todos volvían tan contentos, con un montón de frutas para llevárselas a Bruno a su restaurante. Solo faltaba Ella. Yo les preguntaba a todos los Pandas: “Habéis visto a una Pandita rubia muy guapa?”, pero nadie sabía dónde estabas.
¿Les decías que yo soy una “Pandita rubia muy guapa”? ¡Qué majo! ¡Me vas a sacar los colores!
Pero es que tú eres así, ¿no?
Bueno, ejem… Pues eso, que yo estaba muy preocupado, creí que habrías tenido algún accidente con el helicóptero, o que te habrías quedado sin gasolina, o que… no quería ni pensarlo. Al final, me subí al helicóptero y me puse a buscarte entre los árboles. ¡Pero ni rastro! Estaba tan desesperado que lancé una llamada en el blog para buscarte. Para entonces me rugían las tripas, como si tuviese un monstruo ahí adentro que me estuviese pidiendo comida. :¿?¿?¿?:Menos mal que me encontraste justo a tiempo.
¡Pues sí! Ya sabéis que estuve buscando a Ella por todos los rincones de Panfu. Solo se me olvidó un lugar. Pero bueno, mañana os cuento más. Estaba tan preocupado que me olvidé de recolectar frutas voladoras con el helicóptero. Ahora mismo me voy a poner el gorro marrón de piloto, y a poner en encender el motor.
¡Marchando!
Que os vaya de fábula,
Max y Ella
